El hiperparatiroidismo secundario (HPTs) es una complicación derivada de la insuficiencia renal crónica en fase terminal y en personas que están sometidas a diálisis. Se caracteriza por unos niveles elevados de la hormona paratiroidea, que interviene en la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo.
Según la Sociedad Española de Nefrología, en 2015 había 23.693 pacientes en hemodiálisis. De estos, se calcula que alrededor del 35% sufría HPTs. Sin embargo, al tratarse de una enfermedad progresiva, el HPTs suele acabar afectando aproximadamente al 88% de los pacientes que están sometidos a diálisis y al 79% de los que están en hemodiálisis.
Se trata de una patología compleja que puede dar lugar a complicaciones graves. El HPTs también provoca enfermedad ósea hiperparatiroidea, una causa frecuente de dolor óseo y articular, reducciones en la masa ósea y un aumento del riesgo de fracturas esqueléticas. Así, el riesgo de fractura en estos pacientes es de entre dos y cuatro veces superior que al de la población general. Las anomalías óseas y minerales afectan al bienestar y a la calidad de vida del paciente y, aunque muchas personas con HPTs no presentan síntomas manifiestos, el dolor óseo suele ser habitual. Otros síntomas frecuentes incluyen dolor y rigidez articular, debilidad muscular, sequedad de la piel y prurito. El HPTs también favorece el desarrollo de enfermedad cardiovascular. Así, entre un 50 y un 80% de los pacientes presenta calcificación arterial, lo que a su vez puede producir riesgo cardiovascular y muerte.
Referencias: