En Amgen, combinamos diferentes capas de datos humanos para transformar el tratamiento de patologías complejas en soluciones más personalizadas.
A pesar de los avances, siempre persisten preguntas clave: ¿Por qué algunas personas desarrollan enfermedades mientras otras no? ¿Por qué un tratamiento funciona para un paciente, pero no para otro? ¿Cómo podemos predecir qué medicamentos serán más eficaces antes de iniciar ensayos clínicos?
Las ciencias ómicas—el estudio a gran escala de datos biológicos—ayudan a responder estas cuestiones porque mejoran la comprensión de las enfermedades y la detección de su causa subyacente. Al integrar investigaciones en genómica (ADN), transcriptómica (ARN) y proteómica (proteínas), Amgen busca redefinir el descubrimiento de fármacos, acelerar el desarrollo y ofrecer tratamientos dirigidos más eficaces y rápidos.
Uso de las ciencias ómicas para impulsar el descubrimiento de fármacos
Nuestra aproximación para descubrir tratamientos nuevos siempre se ha basado en la biología humana, con el reconocimiento de que comprender la genética podría transformar el desarrollo de fármacos. Pero los genes cuentan solo una parte de la historia, por lo que una comprensión más profunda se logra al integrar múltiples capas de datos biológicos humanos.
- La genómica revela el riesgo hereditario de enfermedades y ayuda a descubrir dianas terapéuticas.
- La transcriptómica muestra cómo los genes se activan o se suprimen en la enfermedad y durante el tratamiento.
- La proteómica proporciona información dinámica sobre la progresión de la enfermedad y los efectos del tratamiento a nivel molecular.
Esta combinación permite crear una imagen más completa de la biología humana, así como de la biología de cada enfermedad, lo que permite desarrollar tratamientos que tengan en cuenta las características únicas de cada paciente.
“Uno de nuestros principales objetivos es aprovechar los datos humanos a escala poblacional para comprender enfermedades complejas y orientar el descubrimiento de medicamentos”, explica Jay Bradner, Vicepresidente Ejecutivo de I+D en Amgen. “Integrar la variación genética humana con los resultados clínicos proporciona una visión sin precedentes sobre las causas de las enfermedades y sobre posibles dianas terapéuticas que podrían ofrecer protección”, añade.
De los datos a los avances
La subsidiaria de Amgen deCODE genetics, líder mundial en genómica humana con sede en Islandia, mantiene algunas de las colaboraciones más extensas con grupos de todo el mundo para estudiar datos ómicos. Esto permite a Amgen descubrir factores genéticos de riesgo para enfermedades cardiovasculares, oncológicas, autoinmunes o raras.
La integración de datos genómicos, transcriptómicos y proteómicos ayuda a los científicos a comprender cómo estos factores genéticos se traducen en mecanismos de enfermedad.
Para ejemplificarlo mejor, el equipo de deCODE participó en un estudio de asociación del genoma completo con 30.000 pacientes con enfermedad tiroidea autoinmune (AITD) y más de 725.000 controles en Islandia y el Reino Unido. Esta enfermedad, común y a menudo hereditaria, está relacionada principalmente con el hipotiroidismo, enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca la glándula tiroides.
Durante el estudio, identificaron una variante genética poco común en el gen FLT3, que codifica un receptor en células inmunitarias y sanguíneas esencial para el crecimiento celular. Las personas con esta variante presentaban un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes como AITD, lupus, artritis reumatoide y celiaquía, así como un riesgo casi duplicado de desarrollar leucemia mieloide aguda (LMA).
Finalmente, al estudiar el proteoma, o conjunto de proteínas, el equipo encontró que los participantes con la variante tenían niveles elevados de la proteína ligando FLT3 en la sangre. Esto incrementaba inesperadamente la actividad de FLT3, lo que llevaba al desarrollo de células sanguíneas implicadas en la LMA y en enfermedades autoinmunes. Actualmente, Amgen está investigando el potencial de bloquear la señalización de FLT3 en ciertas enfermedades autoinmunes lo que demuestra que estudios de este tipo mejoran la comprensión biológica de las enfermedades y permiten tener mayor certeza sobre posibles dianas terapéuticas.
Una nueva era de medicina de precisión
La integración de datos ómicos en el desarrollo de fármacos también está transformando el futuro de la medicina de precisión para diseñar tratamientos que ofrecen opciones más personalizadas para los pacientes.
La surfaceómica, un campo emergente dentro de las ciencias ómicas, se centra en descubrir nuevas dianas terapéuticas en la superficie de las células para desarrollar mejores tratamientos, especialmente contra el cáncer. Nuestros científicos están explorando formas de comprender mejor estas moléculas de superficie celular, sus modificaciones y sus interacciones. Una estrategia prometedora es la diana dual, en la que una molécula terapéutica se une a más de una diana específica en la superficie de las células tumorales. Esto podría mejorar la precisión y eficacia de la terapia, al tiempo que reduce el daño a las células sanas.
En el caso de las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, los tratamientos tradicionales se dirigen a poblaciones amplias, pero muchos pacientes siguen sufriendo infartos o accidentes cerebrovasculares. A través de las ciencias ómicas, estamos desarrollando terapias potenciales que se centran en marcadores genéticos y proteicos específicos relacionados con el riesgo cardiovascular, proporcionando así esperanza a los pacientes que necesitan nuevas opciones de tratamiento.
Así, el impacto de las ciencias ómicas para los pacientes puede llegar a ser enorme porque podría significar tratamientos más efectivos desde el primer momento. En vez de terapias en constante prueba y error, la medicina se está volviendo más predictiva y personalizada.